De ayer y de hoy. Primera dosis.

Fecha de publicación:
25 | 1 | 2024
Imatge
Primera dosis

Barcelona 2011

​                Con el título de periodismo como recién salido del horno, Joel, pletórico de euforia, de sueños que ya considera proyectos, planea viajar a Egipto con Gerard, Ferran y Marcel, amigos de toda la vida desde que iban a la guardería. Los cuatro son del barrio de Gràcia, en Barcelona,  y no sólo se veían en el colegio sino que compartían también los ratos de ocio debido a la vecindad y al hecho de ir al mismo centro deportivo. Al llegar a la Universidad, siguieron caminos diferentes: Gerard y Ferran optaron por Medicina, Marcel por ADE y Joel se decantó por Periodismo. Eso sí, todos en la Universidad Autónoma de Barcelona. Ahora, los cuatro, intuyendo que muy pronto cada uno tirará por su lado, se disponen a realizar un viaje juntos para celebrar la antigua amistad y el final de una etapa. No han tenido que pensar demasiado buscando destino porque Joel llevaba años anunciando que, a la primera de cambio, quería poner pie en la tierra de los antiguos faraones. Desde Primaria que ha sentido atracción por Egipto. Le gustaba leer libros, ver películas sobre saqueadores de tumbas, a pesar de las posteriores pesadillas nocturnas debido a las maldiciones que guardaban en sus entrañas. Ya de pequeño admiraba a Indiana Jones y, muy secretamente, ansiaba ponerse en su piel. Al acostarse, una vez en la cama, se abría en su mente una gran pantalla donde la imaginación infantil proyectaba su propia película hasta que la sábana blanca del sueño ponía punto y final al episodio.

Todavía recuerda bastante bien un documental de años atrás, donde se narraba cómo Chapollion descifró la piedra de Rossetta y, durante mucho tiempo, el libro de Ceram, “Dioses, tumbas y sabios” fue su libro de cabecera. Precisamente, en el bachillerato, su trabajo de investigación versaba sobre este tema. Incluso logró que sus padres lo llevaran a París, al Louvre, para poder ver la famosa piedra de Rosetta con sus propios ojos y adquirir algunas imágenes e informaciones de primera mano.

Los quebraderos de cabeza en aquella época consistían en discernir qué dirección tomar a la hora de elegir carrera. La arqueología le fascinaba pero también el periodismo le atraía muchísimo. Al final, influenciado por los padres que no paraban de repetirle que no se ganaría la vida removiendo piedras, se inclinó por el periodismo. ¡Vete a saber! Siempre puede salir la posibilidad de realizar un reportaje sobre alguna excavación, solía pensar a menudo.

El día en que los cuatro amigos fueron a ver el filme “Ágora”, de Amenábar, Joel sintió que se le removían antiguas emociones. La película le dejó encantado y desconcertado a su vez ¿Cómo era posible conciliar unas religiones que hablaban de paz y de amor con la práctica de una violencia en nombre de su fe? Se juró a sí mismo que, en la primera ocasión que se la presentara, visitaría Alejandría para descubrir las huellas del pasado; como si por pisar aquella tierra que en su día fue patria de Hipatia, sus dudas pudieran desvanecerse. Así que, al programar el viaje, tan pronto Gerard habló de posibles lugares de destino, el ferviente entusiasmo de Joel hizo decantar la balanza hacia Egipto.

Ahora ha llegado el momento tan esperado. En realidad, terminaron la carrera en junio, pero el viaje ha tenido que aplazarse hasta disponer de suficiente poder adquisitivo como el caso requería. Los padres les dijeron que con la crisis económica que atraviesa el país se necesitaba ir con tiento y si querían hacer un viaje se tenían que autofinanciar. Por ello se pusieron a trabajar en lo que fuera para obtener dinero. En cinco meses, Joel ha hecho de camarero en un restaurante de la Rambla Catalunya, de guía turístico en “La Pedrera” y de repartidor de “Globo”. Ahora hay que aprovechar las vacaciones de Navidad, porque el 15 de enero es el día señalado para que Joel entre de lleno en el mundo laboral. A partir de ese momento sabrá qué significa ganarse la vida.

Hay que reconocer que la suerte ha estado de su parte al encontrar un trabajo que, si rinde como se espera de él, podría ser la oportunidad de su vida. Al menos así lo cree él en este 24 de diciembre, mientras toma una ducha, antes de la cena de Navidad. Un amigo de su cuñado, que trabaja en TV3, introdujo su currículum en el despacho adecuado y en el momento oportuno. De hecho, cabe decir que su currículum causa sensación: un historial académico brillante, bien equipado en lo que se refiere a los idiomas –catalán, castellano e inglés muy bien; francés e italiano bastante bien y en alemán se defiende–. Además, realizó prácticas en una cadena de televisión local con el resultado de un buen informe. Todo esto –no sé sabe si algo más– le ha servido para obtener una plaza de becario en TV3, la televisión nacional de Cataluña. No cobrará mucho por el momento —sólo para cubrir gastos— pero si sabe aprovechar la ocasión puede abrirse camino y forjarse un futuro en los medios de comunicación. Un buen comienzo para un periodista principiante. Esta sarta de pensamientos, compasados por la ducha, le aportan un excelente estado de ánimo.

  –¡Parece que no pueda ser! Dice para sí mismo. ¡Ocho días visitando el país de mis sueños! ¡Y cuando vuelva, tomo la directa y… hacia Sant Joan Despí! ¡Mira que he tenido suerte! Ahora que, gracias a mi cuñado porque si no... (se oyen voces) ¡Mierda! Mi madre ya me está llamando porque voy en retraso. No vayamos a ponerla nerviosa porque conviene tener la fiesta en paz. Estamos muchos en la mesa y no quiero bronca; los sermones me ponen de mala leche. Además, ¡es Nochebuena!